Nuestro proceso de entrenamiento
Nuestros entrenadores están formados con algunas de las mejores escuelas y profesionales a nivel mundial (FMS, Gray Institute, Evan Osar, EXOS, D.N.S “Escuela de Rehabilitación de Praga”, Brookbush Institute, Mike Boyle, Mike Reinold, Eric Cressey, etc.)
La ventaja de habernos formados con tantos profesionales diferentes, es que al aportarnos cada uno su sistema y su visión del entrenamiento, nos ha permitido construir el nuestro, encajando las diferentes piezas del puzzle de tal manera que, las carencias de cada metodología se cubrían con los puntos fuertes de otras, dando lugar a un sistema de entrenamiento sólido, coherente y extremadamente eficiente.
Nuestro sistema se divide en 3 fases:
- Fase 1: el objetivo de la fase 1 es el trabajo sobre la postura, la movilidad y el control motor dinámico y estático, así como el desarrollo de un patrón respiratorio correcto. Básicamente, esta fase consiste en la valoración, detección y correción de los diferentes desequilibrios musculares o compensaciones que puedan existir en el cuerpo, lo que nos proporciona una base limpia para avanzar a los siguientes niveles de nuestro modelo.
- Fase 2: el objetivo de la fase 2 es el entrenamiento de patrones de movimiento básicos libres de compensaciones.
- Fase 3: El entrenamiento en las fases 1 y 2 aborda los desequilibrios posturales y el control neuro-muscular para desarrollar la estabilidad postural y las secuencias de movimiento adecuadas. Una vez controlado esto, ya nos permite el uso de cargas externas con la finalidad de incrementar los niveles de fuerza.
Fase 1: Bases y fundamentos del movimiento
En qué consiste exactamente la fase 1:
En esta fase, hacemos especial hincapié en las habilidades básicas de respiración, en la restauración de unos niveles de movilidad adecuados, en la capacidad de generar estabilidad tanto a nivel estático como dinámico y en el desarrollo de un patrón postural correcto.
Todos los seres humanos, tenemos la misma capacidad para movernos, pero la calidad para hacerlo es lo que nos distingue
A pesar de ser nuestro nivel más básico, esto no significa que necesariamente sea el más sencillo, ya que debido a nuestro estilo de vida, hábitos diarios, etc. la gran mayoría de las personas, a lo largo del tiempo, desarrollamos compensaciones que nos impiden alcanzar un grado de movimiento óptimo y eficiente.
Este proceso de restauración de la funcionalidad del cuerpo a nivel global, es un elemento esencial que nos permitirá afrontar con garantías suficientes las siguientes fases de nuestro programa de entrenamiento, ya que, de otra manera, estaremos construyendo la casa por el tejado, sin preocuparnos antes de haber desarrollado unos bases y unos fundamentos suficientemente sólidos que la sostengan.
Fase 2: Rendimiento funcional (Patrones básicos de movimiento)
En qué consiste exactamente la fase 2:
El cuerpo está formado por varios sistemas complejos que trabajan juntos como una unidad, en el entrenamiento “funcional” debemos centrarnos en el desarrollo de patrones de movimiento (en lugar de trabajar sobre grupos musculares aislados). Aprender y comprender cada patrón de movimiento básico es un primer paso crítico en el entrenamiento funcional.
El fitness no trata solo de la apariencia o la estética. El ejercicio se trata del movimiento y la funcionalidad: la capacidad de mover todas las partes de nuestro cuerpo para hacer las cosas que necesitamos (y queremos) hacer. Suena bastante simple, pero en el mundo de hoy, la mayoría de nosotros estamos viviendo un estilo de vida sedentario.
Durante la mayor parte de la historia, el movimiento estaba tan fuertemente integrado en la vida cotidiana que nuestros antepasados no necesitaban un gimnasio o un espacio especial para “entrenar”, y no era necesario dedicar tiempo adicional para el entrenamiento físico.
Nuestros antepasados no consideraban la actividad física un pasatiempo o una opción (como tendemos a verla hoy en día). Ser fuerte y activo era necesario para sobrevivir.
Hoy el mundo es diferente. Las personas a menudo estamos atrapadas detrás de un escritorio o sentadas en un sofá o en un automóvil la mayor parte del día. Debido a nuestros estilos de vida sedentarios, debemos centrarnos en pasar un poco más de tiempo de entrenamiento para evitar padecer enfermedades de estilo de vida moderno como la diabetes o la obesidad. Si desea reactivar su estilo de vida y embarcarse en un compromiso con el entrenamiento funcional, aprender estos patrones básicos de movimiento para lograr una condición física funcional de todo el cuerpo es un excelente lugar para comenzar.
A la hora de entrenar, debemos concentrarnos en los patrones de movimiento, no en grupos musculares aislados, para desarrollar un cuerpo funcionalmente fuerte.
Un vez dominados estos patrones, estaremos en el punto adecuado para avanzar hacia ejercicios más avanzados o centrarnos en movilizar cargas.
Fase 3: Fuerza y rendimiento funcional
En qué consiste exactamente la fase 3:
En esta fase, nos dedicamos a consolidar lo obtenido en las dos fases anteriores mediante el empleo de cargas externas, es decir, lo que la mayoría de gente entiende por “entrenamiento” al uso.
Cualquier entrenador idiota puede cansar a un cliente con un entrenamiento duro, pero sin duda, entrenar inteligentemente es más importante que entrenar duro.
Es en este momento, donde se contemplan objetivos más específicos como “ganar fuerza”, “desarrollar masa muscular”, “perder peso”, etc. pero siempre, asegurándonos que partimos de una base de movimiento adecuada.
En la fase 3, los ejercicios de las fases 1 y 2, no se eliminan, sino que pasan a formar parte del calentamiento, introduciéndolos bien en la fase de preparación del pilar o en la de preparación al movimiento. Esto promueve un refuerzo continuo de los patrones de movimiento, la movilidad y la estabilidad, lo que nos asegura que, una vez desarrollados estos elementos básicos, se consolidarán y permanecerán a lo largo del tiempo.